Carlos de Soto lee "Yo voy soñando caminos":




Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".
Y todo el campo un momento

queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;

y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:

"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada".

También puedes escuchar la versión de Alberto Cortez:


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