Entre las muchas versiones de poemas de Federico García Lorca, os traemos esta de Marea. La canción tiene como base el Romance de la Guardia Civil publicado en Romancero gitano en 1928.

Gracias a Liria Guevara os traemos esta canción del grupo Lengua secreta en la que se incluyen algunas de las más conocidas rimas de Gustavo Adolfo Bécquer. La canción se titula "Yo quiero que vuelva" y las rimas de Bécquer son éstas:


Rima XXXVIII
¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer, cuando el amor se olvida
¿sabes tú adónde va?

Rima XXI -
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Que es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

Este curso la semana del libro ha estado dedicada a la figura del poeta arevalense Eulogio Florentino Sanz. Para que conozcáis su poesía breve, algunos alumnos de 4ºC se han acercado a la biblioteca y han grabado estos poemas:

Dormid, negro pensamiento” (1842) leído por Pedro Sanz:


Dormid, negro pensamiento
que apenáis el corazón;
dormid, siquiera un momento,
dando treguas al dolor.

Ah, sarcasmo de la suerte (¿1846?) leído por David Bragado:


Ah, sarcasmo de la suerte
para el alma dolorida,
no ver hermosa la vida
sino al dintel de la muerte.
Miseria de nuestro ser!
Nace, vive entre el pesar
¡¡y comprende al expirar
que es la existencia un placer!!

Canción (1861) leído por Rocío Antonio:



¡Ay!... Esta noche, alma mía,

me has pedido una canción,
y, antes que despunte el día
mi corazón te la envía,
sí, te la envía mi corazón!

Solitario en mi aposento,
de la péndola al compás
y en ti sola el pensamiento,
siento... no sé lo que siento
ni lo que siento sentí jamás.

Duermes... ¡Buen sueño concilia
quien va a despertarse en pos
del calor de la familia!...
¡Que tu sueño y tu vigilia
de bendiciones corone Dios!

Que Dios tu existencia pura
quiera de goces colmar,
y de amor y de ternura;
sin que, en tan santa ventura,
tus dulces ojos nuble un pesar.

Y no olvides, alma mía,
al leer esta canción,
¡con cuánta melancolía
mi corazón te la envía!...
Pues te la envía mi corazón.

Ni las auras que cruzan ligeras” (sin fecha) leído por Bárbara Zurdo:


Ni las auras que cruzan ligeras,
me ofrecen frescura,
ni aroma las flores,
ni paz el retiro;
Ni en mi oído el arroyo trenzado
galano murmura,
ni vuela entre amores
mi débil suspiro
Campo alegre, lujoso y florido
cual rica aldeana
tu mano me agobia
tu risa me hiere;
Para el alma que yace entre penas
no hay nubes de grana
ni galas de novia
ni sol que se muere.



La última hoja. En un álbum (1854) leído por Henar Antonio:


Hoja, de tantas en pos,
dad a un triste que os escoja;
y comprenderán por vos
que es triste como un adiós
la última hoja.

¡Ay! Cuando al chopo aterido
rudo el aquilón despoja
con monótono ruido,
siempre le arranca un gemido
la última hoja.

Pobre de gala y encanto,
tal vez un libro se arroja;
tal vez interesa tanto,
que se humedece de llanto
la última hoja.

“Como abeja revolante” (¿1842?) leído por Alberto Gil:

Como abeja revolante
vaga en torno de una flor
y se agita en derredor
en continuo susurrar,
así en mi mente, constante,
para mi eterno tormento,
vuela un negro pensamiento
noche y día... ¡sin cesar!

Alfredo Santamaría nos lee otro poema de José Agustín Goytisolo:


Secreto

Antes yo no sabía
por qué debemos todos
-día tras día-

seguir siempre adelante
hasta como se dice
que el cuerpo aguante.

Ahora lo sé.
Si te vienes conmigo
te lo diré.

Carlos Valero, de 1ºD Bachillerato, lee un poema de Luis Alberto de Cuenca titulado DNA:



DNA o ADN, poco importa
si en castellano o inglés: el caso
es que me muero por tus proteínas,
por tus aminoácidos, por todo
lo que fuiste una vez, cuando tus padres
vinieron de cenar algo achispados
y, después de tirar de la cadena,
hicieron una nueva con tu nombre,
con tus curvas y con tus fantasías.
Dame una foto de tu DNA
tamaño DNI, que me retuerzo
de ganas de mirarla a todas horas.

Luis Alberto de Cuenca
(Por fuertes y fronteras, 1996)

Esta es la versión jazzaeada de los cántabros Poetas en la calle. Escuchadla:

Alicia Fernández lee "Anoche cuando dormía":



Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.

También podéis escuchar este poema en la versión musical de Vicente Monera:

Jorge Gutiérrez Vaquero lee "A un naranjo y a un limonero"




Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte!
Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte
con tus naranjitas secas y arrugadas!.

Pobre limonero de fruto amarillo
cual pomo pulido de pálida cera,
¡qué pena mirarte, mísero arbolillo
criado en mezquino tonel de madera!

De los claros bosques de la Andalucía,
¿quién os trajo a esta castellana tierra
que barren los vientos de la adusta sierra,
hijos de los campos de la tierra mía?

¡Gloria de los huertos, árbol limonero,
que enciendes los frutos de pálido oro,
y alumbras del negro cipresal austero
las quietas plegarias erguidas en coro;

y fresco naranjo del patio querido,
del campo risueño y el huerto soñado,
siempre en mi recuerdo maduro o florido
de frondas y aromas y frutos cargado!

Jaime Carpizo lee "Españolito que vienes al mundo":



Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Un jovencísimo Serrat interpretó una versión de este poema en 1975:

Natalia Jiménez lee "Recuerdo Infantil":



Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales estudian.
Monotonía de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».

Una tarde parda y fría de invierno.
Los colegiales estudian.
Monotonía de la lluvia en los cristales.

En la web Palabra virtual podéis escuchar el mismo poema declamado por el actor Fernando Fernán Gómez:
Poema en audio: Recuerdo infantil de Antonio Machado por Fernando Fernán Gómez

Carlos de Soto lee "Yo voy soñando caminos":




Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".
Y todo el campo un momento

queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;

y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:

"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada".

También puedes escuchar la versión de Alberto Cortez:


Los alumnos de 4ºD realizaron una lectura poética de la obra de Antonio Machado en la biblioteca.
Podéis escuchar el siguiente poema en la voz de Diego Herrera:

Colinas plateadas,

grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, oscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria,
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!...


En la película El lado oscuro del corazón de Eliseo Subiela se entremezcan textos de Oliverio Girondo, Juan Gelman y Mario Benedetti:



NO TE SALVES
No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora ni nunca.
No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.
Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

Mario Benedetti

Táctica y estrategia: